Quiénes somos, qué nos desafía
Desde 2005 trabajamos en el corazón de Nuevo París, una zona con desafíos profundos pero también con un potencial inmenso.
Nuestra OSC nació con una visión clara: ser un espacio donde las personas puedan encontrar contención, formación y una oportunidad real de transformación.
Hoy Impacto Nación está presente en tres departamentos del país, gestionando cinco hogares 24 horas para personas en situación de calle, programas de desarrollo humano, talleres comunitarios, y espacios de formación artística, emocional y espiritual.
Nos mueve la convicción de que las cosas no cambian solas. Hay que hacer que pasen.
Por eso generamos procesos integrales donde cada persona pueda ser acompañada de forma digna y activa en su propio camino de reconstrucción.

Cómo lo hacemos, nuestra forma de trabajar
Creemos en el poder del cuidado constante, la formación con sentido, el arte como lenguaje sanador, y la presencia como respuesta social.
Por eso combinamos hogares con atención profesional, talleres de herrería, RCP, teatro, canto, psicología, espacios de escucha, trabajo con familias y formación en valores.
Nuestros programas están diseñados para sanar heridas, despertar talentos y reactivar el propósito
Nuestro valores
- La dignidad por encima de la etiqueta social
- La acción comprometida y constante
- El respeto por la historia de cada persona
- El trabajo en red y en equipo
- La transparencia en nuestra gestión
- La fe como inspiración (pero sin imposición)

Impacto Nación y capellanes
Los referentes de Impacto Nación han solicitado a Iglesia Nación que facilite la asistencia espiritual para quienes libremente lo deseen, y que colabore en la orientación valórica de su propuesta socioeducativa y comunitaria.
Desde este marco, se ofrecen espacios de contención espiritual, consejería pastoral, actividades opcionales de formación cristiana y celebraciones abiertas a todos los interesados —tanto usuarios, familias, como personal técnico y voluntariado.
Mentoreo
La participación en estas instancias es completamente libre, sin ningún tipo de exigencia ni condicionamiento, en consonancia con los principios de respeto, laicidad y libertad de conciencia que rigen nuestro accionar institucional.
